Junto a Blockchain, Robótica, las Tecnologías Inalámbricas o Machine Learning, la Inteligencia Artificial (AI) no puede faltar en cualquier ranking de tendencias 2018 que se precie, pero ¿en qué lado de la balanza de valoración general?
Nuevos debates sobre AI
Con interminables argumentos a favor o en contra de cómo explotar esta disciplina y el debate sobre sus usos y consecuencias en auge, lo que ya ha conseguido AI es hacer emerger con fuerza todo lo relacionado con sus aspectos éticos y legales.
Curiosamente, esa preocupación configura en sí misma un área de trabajo tan interesante como fértil (a la hora de desarrollar nuevas soluciones, por ejemplo): ya estamos oyendo hablar de la “explicabilidad” de las decisiones algorítmicas, de la regulación en los modelos de negocio que emplean o emplearán agentes autónomos basados en Inteligencia Artificial, así como del desarrollo de esta tecnología según modelos de ‘diseño ético’.
Se diría que el poder augurar semejanzas entre humanos y máquinas (por decirlo de forma genérica) en términos de inteligencia, ha despertado conciencias y temores que hasta hace poco residían en el concepto de la ficción.
Por ese motivo, los expertos prevén este año un claro y creciente interés por la responsabilidad social corporativa asociada al desarrollo y uso de la AI, además de las derivadas éticas y normativas.
¿Hacia dónde irá este año la Inteligencia Artificial?
Llama la atención que se incida en el progresivo abandono de la apariencia humana en la AI, una práctica que parece perjudicar más que beneficiar el progreso real de esta tecnología. Desarrolladores e ingenieros optarán por construir terminales frente a robots, basados en algoritmos que, eso sí, respondan, tomen decisiones e interactúen de una forma humana.
El consumidor ganará protagonismo, ya que el sector de la AI quiere y necesita aumentar la confianza de éstos. El trabajo estará orientado, pues, a conseguir que los usuarios se sientan cómodos con los servicios y productos basados en esta tecnología, aumentando y maximizando la adopción de los mismos.
El reto de abordar los grandes problemas también se cuela entre los objetivos. Si hasta ahora gran parte de las aplicaciones parecen centrarse en pequeños nichos del mercado (empresarial y de consumo), parece que en 2018 las empresas de todos los sectores que utilizan AI ponen también en el punto de mira implementarla para resolver cuestiones más significativas, complicadas y generales, como pueda ser el cambio climático.
También destaca la necesidad de restar negatividad a los avances de esta inteligencia: evitar que se perciba como una amenaza para, por ejemplo, el empleo.
Si bien está claro que AI puede reemplazar algunos puestos, los expertos aseguran -mayoritariamente- que la mayoría de ellos evolucionará para coexistir con la Inteligencia Artificial, incorporándola para optimizar tanto el potencial como los beneficios empresariales.
La clave estará en cómo las compañías empiecen ya a establecer políticas de formación para que sus empleados no técnicos puedan trabajar de forma efectiva con AI.
¿Crees que puedes aportar algo al sector de la AI?
Después de todo lo que has leído anteriormente… ¿tienes alguna idea o proyecto que encaje en el vastísimo campo de actuación vinculado a la Inteligencia Artificial?
Ya hemos visto que esta tecnología en desarrollo necesita tantas aplicaciones y funcionalidades que, toda iniciativa interesante es bienvenida.
Si es así, contacta con nosotros. Como productora de startups, en Customia trabajamos con ideas de alto potencial de crecimiento, aportando los recursos necesarios para convertirla en una empresa de éxito.
Quizá tu iniciativa tenga mucho que decir en el futuro de la AI…