3 estrategias para implementar la innovación en tu empresa

Javi Cánovas
05.02.18 15:45 Comentario(s)

Innovar (cambiar para mejorar), se ha convertido en el típico deseo de fin de año de muchas empresas que después cuesta tanto poner en práctica. No te preocupes. Pese a lo que te han dicho, la innovación sí es para todos. 

Si bien los departamentos de I +D se han dedicado en exclusiva durante los últimos años a materializar la innovación en las empresas, el ecosistema empresarial ha evolucionado y a día de hoy la innovación puede darse en cualquier empresa, de cualquier sector, sin importar su tamaño. Sigue leyendo para conocer algunas de las estrategias que seguramente están a tu alcance hoy mismo, con las que arrancar la innovación en tu empresa.

  

El ADN de la innovación

Para implementar la innovación en una empresa, para imbuir su ADN con las capacidades para crear valor y transformarlo en resultados, es necesario tener en cuenta los siguientes elementos o genes del ADN de la innovación:

  • Estrategia
  • Actitud
  • Cultura
  • Proceso
  • Vínculos externos
  • Equipos

  

Este listado refleja el concepto de innovación entendido por Eduardo Remolins, especialista en Innovation Management, que recoge en su libro ”Manual de supervivencia para dinosaurios empresariales: cómo desarrollar el ADN de la innovación en un mundo en cambio continuo”.

Si bien desde un punto de vista profesional deben darse los cuatro elementos, el punto de partida, según Remolins, pasa por definir una estrategia, saber hacia qué puerto vas. La estrategia te da dirección. Orienta y te ayuda a organizar tus esfuerzos. Pregúntate: ¿de qué forma crearemos valor para el cliente con la innovación? y, ¿cómo capturaremos parte de ese valor creado?

Existen múltiples estrategias de innovación para empresas, aquí recogemos algunas de las que Remolins apunta que están al alcance de cualquier empresa.

  

Diferenciación: ¿qué te hace único?

Toda empresa se diferencia de la competencia en algo. Si no lo haces deberías comenzar a hacerlo. ¿En qué te diferencias de tu competencia? Identifica ese elemento y cámbialo o reemplázalo.

¿Es tu diseño lo que te distingue? ¿Tu servicio de atención al cliente? ¿La robustez del producto? Piensa cómo sumar diferenciación a tu producto a partir de elementos que hoy no explotas pero podrías hacerlo.

  

Alcance de productos o mercados

Cada empresa desarrolla su actividad enfocándose en ciertos productos que vende en ciertos mercados. Cambiar cualquiera de esas dos variables (o las dos) es una fuente de innovación estratégica que puede ser efectiva y accesible.

Vender tus productos enfocados a un segmento de mercado diferente por edad (una versión para niños o personas mayores), género (ampliar tu catálogo para incluir a hombres, si vendías para mujeres, y viceversa), o ubicación geográfica (un nuevo país o una nueva región), son formas de innovar.

  

Diversificación de activos

Los activos son cosas que la empresa posee. Pero pueden ser tangibles (como bodegas, coches, oficinas, etc.) o intangibles (patentes, marcas). Pregúntate: ¿existen otros usos o formas de aprovechar mis activos? ¿Te sobra espacio que puedas ofrecer? ¿Capacidad de procesamiento (ordenadores)? ¿Capacidad de transporte (camiones)? ¿Puedes aplicar tu marca a otros productos?

Es posible que tus activos puedan tener más de un uso. Busca el modo de darles ese uso nuevo.

  

Innovar con profesionales


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